Amado futuro, estás en manos de Dios. Y lo he decidido así porque ya no quiero sentir miedo ante lo que está por llegar. Anteriormente te había idolatrado y mis planes buscaban un futuro brillante, nuevo, interesante y seguro. Pero he aprendido que mis ideas sobre la seguridad del futuro son muy relativas y además me he dado cuenta, que no sé asegurar por mis propios medios el futuro.
También he notado que vivo un nuevo presente y por lo tanto elijo un nuevo futuro. El futuro de mi «pasado» es un futuro de miedo, de muerte, de enfermedad, y por consecuencia, había creado planes para un futuro «seguro». Debo confesar que desde hace algunos años sigo la Voluntad de Dios y por lo tanto, Su Voluntad me da la certeza de que el futuro será tal como Dios lo indique.
Bienvenido seas futuro siempre y cuando llegues como mensajero de Dios. No juzgaré nada de lo que traigas, porque sé que eres heraldo de los milagros de Dios. También te he santificado y ya no eres especial en mi vida. Eres tal como Dios lo indique. Ya no volveré a preocuparme jamás por tí, querido futuro, pues vienes de Dios, y lo que viene de Dios siempre será para mi beneficio y el beneficio del mundo.
Gracias por llegar limpio y con nuevas experiencias. Por fin puedo dejar de verte como la repetición de mi pasado. Estoy listo para lo nuevo y desconocido, porque me cansé de lo viejo y conocido. Futuro y pasado se sanan en el milagro del instante santo en el que ahora vivo amando a Dios.
Con amor ,
MoZ
Qué buena forma de pensar y afrontar.
¿Para qué luchar contra lo que ya está escrito?
Un abrazo ⚘