Querida muerte, no ha sido fácil escribirte esta carta debido a mi constante duda sobre tu influencia en mí y en todos aquellos que amo. Pero hoy por fin tomé la decisión definitiva de agradecer y liberarte. Suelto el control que he tenido sobre ti y permito que te desvanezcas en el amor perfecto de mi Creador. Mi Creador no es muerte y tu no eres mi creador. Por ello te permito ir al lugar en el que desees estar, pero no en mi mente. Soy libre y soy tal como Dios me creo. Soy eterno y vivo en la mente de Dios. Me confundí mucho pensando que mi existencia se basaba en el cuerpo que uso y por lo tanto pensaba que el cuerpo era mi vida y que tu llegabas para interrumpirla. Yo te confundí querida muerte, pensado que eras emisario de Dios. Pero tu no eres emisario más que del miedo. Y el miedo es aquello que no tiene realidad en mi mente.
Se que te posarás en muchos tratando de hacerme guiños para indicarme que sí existes y que debería volver a caminar contigo. Pero cada vez que tu hagas eso, yo cerraré los ojos y pediré la visión de amor de mi Maestro Interno. El me ha hablado de vida y milagros. Tu, querida muerte, me has hablado de miedo, culpa y dolor. Yo acepto las enseñanzas que hoy mi Maestro Interno me aporta, y dejo de tomar tus enseñanzas como la base de mis decisiones. Siempre pensé que eras tu la que tenía el control de mi vida, y hoy se, que soy yo quien tiene el control sobre ti, querida muerte. Mi Maestro Interno me ha hablado de un hombre que aprendió que la muerte no existe y que no es más que un sueño. Ese hombre vivió y murió de acuerdo a lo que tu me enseñabas muerte, pero después de menos de cuatro días, ese hombre no estaba muerto. Estaba y está vivo. Y ese ejemplo ha ocasionado una profunda impresión en mi.
Tu nunca me controlaste muerte, yo te controlé a ti. Pero hoy no quiero controlarte tampoco. Sí quiero liberarte y ponerte en manos de Dios. Así como yo me pongo en manos de Dios porque Dios es vida, y nunca muerte
Que tengas un bello sueño, con todo mi amor
MoZ
Primero tu paz y después lo demás 
MoZ, Esta es la carta que he leído de última, después de leer tu CARTA A MI RELACIÓN y tu CARTA A MI PASADO.
Tu CARTA A MI MUERTE es toda una pieza, y me ha resultado muy inspiradora, la forma breve y sencilla pero llena de sentimiento y profundidad como has recogido el fin del auto-engaño al que tenemos que llegar para poder despertar, a ese DESCARTE de la mayor falsedad, con la que nuestro ego ha pretendido meternos los pelos para adentro, en una especie de chantaje permanente.
Qué importante es haber tenido ocasión de recorrer dentro de este sueño ese camino falso que nos hizo casi llegar a creer en la muerte como si fuese verdadera. Tu carta, lo repito, es toda una pieza, y al igual que las otras que has escrito y que mencioné más arriba, representan como una especie de «ayuda memoria» para hacer uno mismo, cuando las lee, Exámen de Reválida de todo lo que hemos aprendido en UCDM.
Gracias por tu papel de casi Rey Mago, que nos ha venido a traer estos regalos! Un abrazo de tu hermano en Cristo,
Mario L. Fábrega Arosemena.